La
habitación está vacía.
Amontonados
quedan
los
recuerdos
de
lo que fueron,
en
otro tiempo,
más
jóvenes y felices.
Vacías
las estanterías,
la
cuenta corriente.
Vacíos también,
de palabras y caricias
los
últimos meses.
¿Volver?
Suena
lejano
como
tristes suenan
las
palabras,
los
adioses.
Se
besaron entonces
a modo de despedida.
Abriendo
puertas,
corazones,
heridas…